Iglesias de San Petersburgo , materiales complementarios:
El padre San Juan de Kronstadt



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San Juan de Kronstadt

San Juan San Juan (Ivan Iliich Sergiev), llamado de Kronstadt, nació el 19 de octubre de 1829 en una familia pobre, en la aldea Sura, provincia de Arcangelsk (Rusia). Pensando, que el niño no sobreviviría, lo bautizaron enseguida con el nombre de Juan, en memoria del beato Juan de Rilsk. Pero el niño se hizo fuerte y creció. Su niñez transcurría en suma pobreza y privaciones, pero sus padres devotos le inculcaron un sólido fundamento de la fe. El niño era tranquilo, concentrado, amaba a la naturaleza y los servicios religiosos.

Cuando Juan cumplió 9 anos, su padre, reuniendo lo que pudo, lo llevó a la escuela parroquial de Arcangelsk. Juan tenia dificultades en el aprendizaje y por esto se afligía mucho, lloraba y pedía ayuda a Dios. Una vez, en uno de estos momentos penosos, a medianoche, cuando todos dormían, el se levantó y comenzó a rezar con mucha devoción. El Señor escucho su oración: la Gracia Divina lo iluminó, y, según su expresión: "en un instante sintió caer como una cortina de sus ojos." Recordó todo lo dicho en el aula y todo se hizo claro en su mente. Desde entonces empezó a hacer grandes progresos en el estudio. En el ano 1851 Juan Sergiev termino con honores el seminario e ingresó en la academia religiosa de San Petersburgo. La vida en la capital no afectó al joven y el permanecía serio y religioso como en casa. Poco tiempo después falleció su padre y para ayudar a la madre empezó a trabajar en la oficina de la academia con el sueldo de 9 rublos por mes, y este dinero enviaba a casa.

En el ano1855 termino la academia con excelentes notas y el mismo ano fue ordenado sacerdote y designado a la catedral de San Andrés en Kronstadt (puerto, cercano a San Petersburgo).

Desde el primer día de su nombramiento, el padre Juan se dedico a servir a Dios y diariamente celebraba la Santa Misa. Rezaba con fervor, enseñaba a la gente como hay que vivir y ayudaba a los necesitados. Su fervor era admirable. Al principio algunos se burlaban de él, considerando su celo no del todo normal.

Una época el padre Juan era profesor de religión. Su influencia sobre los alumnos era indiscutible y los chicos lo querían mucho. Él no era un simple maestro, sino un cautivante interlocutor, trataba a sus alumnos con amor, a menudo los defendía, nunca reprobaba en los exámenes y sus alumnos después recordaban durante toda la vida sus conversaciones simples. Sin duda, el padre Juan tenia un don de encender la fe en la gente.

Él sentía lastima por todos los desdichados y sufridos. Sin excepción acudía a todos los llamados de los pordioseros y gente caída. Ahí rezaba y después ayudaba, entregando muchas veces lo ultimo que tenia. Viendo la pobreza y enfermedades de la familia visitada, él mismo iba al almacén o a la farmacia, o a buscar al medico.

Nunca se negaba a rezar, ni por los ricos, ni por los pobres, ni por los nobles, ni por la gente común y el Señor aceptaba sus oraciones. Durante la Liturgia el padre Juan rezaba con fervor y suplicas.

La oración del padre Juan tenia mucha fuerza. Con ella él curaba miles de personas presentes o ausentes. Pedían su ayuda no solo los habitantes de Kronstadt, sino de toda la Rusia y extranjero. El correo separo para él una sección aparte para la cantidad de cartas que llegaban. Después de la Misa se leían con ayuda de secretarios las cartas y telegramas y el padre en el acto rezaba por los rogantes. Entre los curados por el padre Juan hubo gente de todas las edades y clases sociales, de todas las religiones, ortodoxos, católicos, musulmanes y judíos. He aquí algunos relatos acerca de las curaciones milagrosas, hechas por el padre.

Una mujer tártara trajo en un carro a su marido enfermo debilitado y pidió al padre, que rezara por él. El padre pregunto si ella creía en Dios. Confirmando ella, que si, el le dijo: "Rezaremos juntos, tu, como puedas, y yo a mi manera." Al terminar, el padre bendijo a la tártara. Al regresar a su carro, ella vio a su marido, que iba a su encuentro ya sano.

En la ciudad de Jarkov había un abogado judío. Su única hija se enfermo de escarlatina. Los mejores médicos no llegaron a curarla y avisaron a los padres, que su estado era desesperante. Entonces el abogado se acordó, de que el padre Juan se encontraba de paso por Jarkov. Se fue a encuentro con el padre Juan y se abrió el paso entre la gente. Llorando se tiro a sus pies, diciendo: "Santo padre, yo soy hebreo, pero te ruego — ayúdame, mi única hija se esta muriendo, pero tu ora a Dios y sálvala."

Padre Juan, poniendo su mano sobre la cabeza del padre judío, levanto la vista hacia el cielo y empezó a rezar. Un minuto mas tarde, él dijo: "Levántate, y ve a casa con paz." Llegando a casa, encontró su mujer, que le grito, que la nena estaba viva y sana. Vio a su hija, que conversaba con los médicos, que la habían ya condenado y ahora no comprendían lo sucedido. Esta niña después tomo la religión ortodoxa con el nombre de Valentina.

Sin embargo, hubo casos, que el padre se negaba a rezar por alguna persona, previendo, tal vez, la voluntad Divina. Así, una vez, él fue invitado al instituto Smolny para la enferma princesa de Montenegro. No llegando 10 pasos a la enfermería, se dio vuelta y dijo : No puedo rezar. Unos días mas tarde la princesa murió. A veces él se ponía muy insistente en sus rezos, como el mismo contó un caso: nueve veces recurrí yo a Dios y al final Él me escucho y curo al enfermo.

El padre Juan no tenia mucha habilidad en predicar. Su palabra era simple y clara, pero sincera, y con esto conquistaba los oyentes y les daba animo. Sus sermones se imprimían y se propagaban en cantidades enormes por toda Rusia. También se publico en varios tomos la colección de sus obras. Entre ellos se destaca su diario "Mi vida en Cristo." A pesar de estar siempre muy ocupado, él diariamente anotaba los pensamientos, que tenia durante sus oraciones y meditaciones. Estos pensamientos formaron el diario de padre Juan. En el final de este folleto están puestos los selectos pensamientos de este diario.

Hay que imaginarse come transcurría el día del padre Juan para comprender como él estaba sobrecargado. Se levantaba a las 3 de la madrugada y se preparaba para la celebración de la Misa. Cerca de las cuatro se dirigía a la catedral para el servicio matinal. Aquí lo esperaban los peregrinos, ansiosos de verlo y recibir su bendición. También lo esperaba una multitud de mendigos para recibir limosna, que el distribuía. Después de la matiné se hacia la confesión colectiva, por la enorme cantidad de la gente. La catedral de san Andrés siempre estaba llana. Seguía la Liturgia y la comunión, que duraba mucho tiempo. Después de la santa Misa le traían al padre Juan directamente en el altar las cartas y telegramas: él las leía y rezaba por los que pedían ayuda. Después, acompañado de miles de fieles, viajaba a Petersburgo para atender múltiples llamados de los enfermos y rara vez regresaba antes de medianoche. Algunas noches pasaba sin dormir y así durante días y años enteros sin parar. Así vivir y trabajar se podía solamente con la ayuda de Dios excepcional. Su fama era para él una carga pesada. Adonde él aparecía, lo rodeaba enseguida una muchedumbre, ansiosa de verlo al menos.

Por las manos del padre Juan pasaban centenares de miles de rublos. Él no les contaba — con una mano recibía, y con la otra enseguida daba. Además de esta simple beneficencia, él ha creado una oficina especial de ayuda a los necesitados. El año 1882 en Kronstadt fue abierta la casa de "Protección laboral" con una iglesia, escuela para los niños, asilo para los huérfanos, clínica, albergue, biblioteca gratuita, la casa para el pueblo, donde se podían alojar hasta 40 mil necesitados por ano, varios talleres, donde los pobres trabajaban, ganándose el sueldo, un comedor barato para el pueblo, donde en las fiestas servían hasta 800 comidas gratuitas, y una casa de huéspedes.

Por la iniciativa del Padre y con su ayuda material se hizo una estación de salvamento en la orilla del golfo. En su aldea natal edificó un hermoso templo. Es imposible nombrar a todos los lugares y provincias adonde llegaban sus cuidados y ayudas.

El padre Juan falleció el 20 de diciembre de 1908, teniendo 79 anos. Inmensa muchedumbre acompañaba su cuerpo de Kronstadt hasta Petersburgo, donde fue sepultado en el monasterio de san Juan, que él mismo fundó. De toda Rusia llegaban fieles al lugar de su sepultura y había servicio sin interrupción. Fuerte en su fe, ardiente en la oración y en su amor a Dios y a la gente, el padre Juan va a disfrutar el amor del pueblo ruso, mientras existen los fieles. Y después de su virtuosa muerte él responde enseguida a los que le piden ayuda.

El padre Juan era de estatura mediana, delgado. Tenia el cabello rubio y la cara sonrojada y fresca. Lo mas destacado de su cara eran su ojos claros y celestes. Había personas que temían su mirada penetrante, les parecía que el ve el fondo de sus almas. Así un hombre se negó a encontrarse con el padre, temiendo que lo acusara de los pecados cometidos. Pero, siendo penetrantes, los ojos del padre irradiaban un gran amor y compasión. Los retratos de padre Juan no pueden expresar el calor de su mirada.

San Juan de Kronstadt se conmemora el 1 de noviembre y el 2 de enero según el calendario actual.

San Juan de Kronstadt – foto historica
San Juan de Kronstadt – foto historica
La casa en Kronstadt donde vivia el padre San Juan  siendo parroco de la Catedral de San Andres en Kronstadt – foto historica
La casa en Kronstadt donde vivia el padre San Juan siendo parroco de la Catedral de San Andres en Kronstadt – foto historica
Interior del apartamento memorial (museo) de San Juan de Kronstadt
Interior del apartamento memorial (museo) de San Juan de Kronstadt